martes, febrero 23, 2010
viernes, febrero 19, 2010
martes, febrero 16, 2010
UNA IGUANA POR LA CIUDAD
UNA IGUANA POR LA CIUDAD
Estoy convencida que me pasan cosas locas a mi alrededor porque observo, escucho y me dejo perder por la ciudad. Encuentro magia todos los días. No las busco pero las veo, y me divierto sola al poder sacarlas de contexto, mirar las situaciones con lupa y encontrarle un pensamiento.
Hoy estaba caminando por Córdoba y Paraná a la tarde y veo a una pareja discutiendo. La chica de pelo colorado apuntaba una y otra vez al brazo del muchacho que la miraba con cara de yo no fui. El día estaba melancólico para no describirlo como gris, pero yo estaba feliz porque había conseguido un libro que estaba buscando a la tercera parte de lo que me habían pedido por el mismo. Estaba cargada porque había ido a comprar telas para pintar pero a pesar de ello decidí intentar en una librería que encontré a mi paso con la suerte de encontrar una edición más económica. Me resistía a pagar $120 pesos por un libro de principios del siglo XX. Así que decidí tomarme mi tiempo para conseguirlo al precio que estaba dispuesto a pagar. La calma inspira sabias reflexiones me repetía una y otra vez en mi adolescencia a partir de un señalador que me regalo mi tutora de primer año. Dado que era muy atolondrada creyó que era una buena frase para tomar conciencia. En realidad años mas tarde cuando me la encontré por casualidad le agradecí su señalador que todavía conservaba imborrable en mi mente, como una cuota que se subraya una y otra vez antes de tomar una decisión que no estoy del todo convencida. A veces es solo cuestión de tiempo.
Volviendo a la pareja, me acerque a escuchar el argumento de esa mujer de color zanahoria que no paraba de protestar. “No puedo creer que gastemos una fortuna en la viviendo de ella. Estoy harta de bancarme los caprichos de tu mascota. Al final aporto dinero para que viva como una reina, que la comida, que necesita especiales cuidados, que la temperatura del ambiente. Y yo, cuando me toca a mi…”, no entendía de qué se trataba la conversación pero parecía algo grave por el tono elevado de su voz. El chico con mirada perdida, dispersa, no omitía palabra. El silencio creía su mejor aliado ante los exabruptos de su chica. Yo me quería imaginar cual seria la mascota, porque no podía entender que un perro, un gato necesitaran una vivienda especial y le sacara tanta atención. Me encontraba delante de la pareja, sin perderles la cercanía dado que me quería enterar quien era la causante de tanto revuelo. En un momento aguardo unos minutos mirando el contenido de mi bolsa para poder mirarlos. Finalmente la escucho decir “porque la iguana”. En realidad al mismo tiempo observo que los ojos de la muchacha se dirigían estrictamente al brazo del chico el cual llevaba placidamente a la fluorescente verde y pequeña iguana.
No lo podía creer, la iguana no solo era la causa de la pelea sino que estaba siendo testigo de ella. Me empecé a reír sola de la situación, porque la iguana no debía medir más de 8 cm, y no podía imaginarme cuanto podía costarle el mantenimiento del pequeño animal. Yo seguía con mi sonrisa pegada en mi rostro y al cruzar miradas con la chica, bajo la voz e hizo cruzar de vereda al muchacho que seguía en silencio mirando al vacío.
Hubiera querido tener mi cámara de fotos para sacar la foto a la iguana que felizmente estaba dando un paseo por la ciudad sin ni siquiera percibir a la colorada que la quería desalojar. Lo que me hizo reflexionar fue que muchas veces las mujeres, podemos ser tan ciegas de no mirar al otro. El convencimiento con el que hablaba hacia pensar que la había engañado. Pero en ningún momento respiro para mirar a su hombre que disperso caminaba en su nube sin ni siquiera escucharla como si tuviera unos auriculares invisibles que lo trasladaran a otra galaxia para preguntarle ¿se te ocurrió algo? ¿Cómo podemos solucionarlo? En definitiva ¿me estas escuchando?
Estoy convencida que me pasan cosas locas a mi alrededor porque observo, escucho y me dejo perder por la ciudad. Encuentro magia todos los días. No las busco pero las veo, y me divierto sola al poder sacarlas de contexto, mirar las situaciones con lupa y encontrarle un pensamiento.
Hoy estaba caminando por Córdoba y Paraná a la tarde y veo a una pareja discutiendo. La chica de pelo colorado apuntaba una y otra vez al brazo del muchacho que la miraba con cara de yo no fui. El día estaba melancólico para no describirlo como gris, pero yo estaba feliz porque había conseguido un libro que estaba buscando a la tercera parte de lo que me habían pedido por el mismo. Estaba cargada porque había ido a comprar telas para pintar pero a pesar de ello decidí intentar en una librería que encontré a mi paso con la suerte de encontrar una edición más económica. Me resistía a pagar $120 pesos por un libro de principios del siglo XX. Así que decidí tomarme mi tiempo para conseguirlo al precio que estaba dispuesto a pagar. La calma inspira sabias reflexiones me repetía una y otra vez en mi adolescencia a partir de un señalador que me regalo mi tutora de primer año. Dado que era muy atolondrada creyó que era una buena frase para tomar conciencia. En realidad años mas tarde cuando me la encontré por casualidad le agradecí su señalador que todavía conservaba imborrable en mi mente, como una cuota que se subraya una y otra vez antes de tomar una decisión que no estoy del todo convencida. A veces es solo cuestión de tiempo.
Volviendo a la pareja, me acerque a escuchar el argumento de esa mujer de color zanahoria que no paraba de protestar. “No puedo creer que gastemos una fortuna en la viviendo de ella. Estoy harta de bancarme los caprichos de tu mascota. Al final aporto dinero para que viva como una reina, que la comida, que necesita especiales cuidados, que la temperatura del ambiente. Y yo, cuando me toca a mi…”, no entendía de qué se trataba la conversación pero parecía algo grave por el tono elevado de su voz. El chico con mirada perdida, dispersa, no omitía palabra. El silencio creía su mejor aliado ante los exabruptos de su chica. Yo me quería imaginar cual seria la mascota, porque no podía entender que un perro, un gato necesitaran una vivienda especial y le sacara tanta atención. Me encontraba delante de la pareja, sin perderles la cercanía dado que me quería enterar quien era la causante de tanto revuelo. En un momento aguardo unos minutos mirando el contenido de mi bolsa para poder mirarlos. Finalmente la escucho decir “porque la iguana”. En realidad al mismo tiempo observo que los ojos de la muchacha se dirigían estrictamente al brazo del chico el cual llevaba placidamente a la fluorescente verde y pequeña iguana.
No lo podía creer, la iguana no solo era la causa de la pelea sino que estaba siendo testigo de ella. Me empecé a reír sola de la situación, porque la iguana no debía medir más de 8 cm, y no podía imaginarme cuanto podía costarle el mantenimiento del pequeño animal. Yo seguía con mi sonrisa pegada en mi rostro y al cruzar miradas con la chica, bajo la voz e hizo cruzar de vereda al muchacho que seguía en silencio mirando al vacío.
Hubiera querido tener mi cámara de fotos para sacar la foto a la iguana que felizmente estaba dando un paseo por la ciudad sin ni siquiera percibir a la colorada que la quería desalojar. Lo que me hizo reflexionar fue que muchas veces las mujeres, podemos ser tan ciegas de no mirar al otro. El convencimiento con el que hablaba hacia pensar que la había engañado. Pero en ningún momento respiro para mirar a su hombre que disperso caminaba en su nube sin ni siquiera escucharla como si tuviera unos auriculares invisibles que lo trasladaran a otra galaxia para preguntarle ¿se te ocurrió algo? ¿Cómo podemos solucionarlo? En definitiva ¿me estas escuchando?
Etiquetas: Maria de los Milagros Baylac
viernes, febrero 12, 2010
REFLEXIONES de María de los Milagros Baylac
REFLEXION
Vivimos atemorizados, con miedo a que nos roben, nos copien la identidad, nos violen. Cuando en realidad, cada vez entramos más en un círculo, en un caparazón de no mostrar quienes somos, de no escucharnos, de no ver nuestras necesidades, de no nutrirnos.
Vivimos escondiendo todo con teorías que no tienen finales porque no vemos, no comemos, no sentimos lo que tenemos, sino que siempre estamos buscando un ideal perfecto que no existe.
En vez de alimentarnos con lo que queremos, aceptamos lo que hay sin poder decir SI o NO, solo como maquinas seguimos para no conectarnos con nuestra alma.
Hay una selección de cosas natural que tienen que existir para que otras mueran. Tenemos que permitir que cosas mueren, perdemos, se destruyen. Soltar, para que lo bueno regrese, para que podamos elegir lo mejor.
Vivimos atemorizados, con miedo a que nos roben, nos copien la identidad, nos violen. Cuando en realidad, cada vez entramos más en un círculo, en un caparazón de no mostrar quienes somos, de no escucharnos, de no ver nuestras necesidades, de no nutrirnos.
Vivimos escondiendo todo con teorías que no tienen finales porque no vemos, no comemos, no sentimos lo que tenemos, sino que siempre estamos buscando un ideal perfecto que no existe.
En vez de alimentarnos con lo que queremos, aceptamos lo que hay sin poder decir SI o NO, solo como maquinas seguimos para no conectarnos con nuestra alma.
Hay una selección de cosas natural que tienen que existir para que otras mueran. Tenemos que permitir que cosas mueren, perdemos, se destruyen. Soltar, para que lo bueno regrese, para que podamos elegir lo mejor.
SOLTAR
Yo no me permitía soltar. Atesoraba recuerdos, memorias, cartas, papeles, sentimientos. Atesoraba por temor a perderlos. Tenía miedo a soltar por quedarme vacía, por no sentirme aceptada, por no sentirme elegida, en definitiva no quería quedarme sola. Entonces me refugiaba en lo que atesoraba, volvía una y otra vez a mis recuerdos, a mi pasado, a lo que era, a lo que había vivido, a quien había querido, a lo que había aprendido. Sin darme cuenta que estaba cargada, pesada, llena y no había espacio para el presente.
Tuve que explotar como un volcán, sacar la lava, densa, caliente, para empezar a sentir aire, empezar a sentirme liviana y de alguna forma así pude conectarme con querer disfrutar de la vida. Querer ser feliz, solo puede darse en el presente, en el momento, aceptando lo que hay.
PENSAMIENTOS DE ESCRITOR
Escribir ha sido siempre mi facilidad, ha sido mi don. Desde chica me imaginaba historias que surgían ni bien se apagaban las luces de mi habitación. Me imaginaba que entraba en la buhardilla de mi cuarto y abría un cofre secreto en el cual encontraba objetos que me contaban historias que ni sabia de donde surgían porque en general eran de otro tiempo y a mi corta edad no podía tener tanta conciencia del pasado.
Luego utilice la escritura como mi herramienta de liberación, era mi diario, mi confidente al cual le contaba mis días sin filtro. Mi adolescencia estuvo llena de hojas escritas que aun no he podido volver a leer, tal vez por temor a rever.
Ahora escribo cuando tengo ganas, con un deseo que surge desde mi interior y hace que vuelque, historias, líneas, cuentos míos o de los que me rodean. Escritos que se cocinan en mi interior por un tiempo y de repente me avisan que es momento de presentarlos a la mesa. Aunque todavía me cuesta compartirlos con otros, tal vez por temor a ser juzgada, tal vez por temor a ser vista. Cuando en realidad de lo único que hablo es de la vida, desde una visión del amor y al hacerlo todos nos sentimos tocados y aceptamos lo que el otro comparte, lo que el otro dice sin separarlo sino abrazándolo porque puede sentir lo que ha vivido..
María de los Milagros Baylac
Yo no me permitía soltar. Atesoraba recuerdos, memorias, cartas, papeles, sentimientos. Atesoraba por temor a perderlos. Tenía miedo a soltar por quedarme vacía, por no sentirme aceptada, por no sentirme elegida, en definitiva no quería quedarme sola. Entonces me refugiaba en lo que atesoraba, volvía una y otra vez a mis recuerdos, a mi pasado, a lo que era, a lo que había vivido, a quien había querido, a lo que había aprendido. Sin darme cuenta que estaba cargada, pesada, llena y no había espacio para el presente.
Tuve que explotar como un volcán, sacar la lava, densa, caliente, para empezar a sentir aire, empezar a sentirme liviana y de alguna forma así pude conectarme con querer disfrutar de la vida. Querer ser feliz, solo puede darse en el presente, en el momento, aceptando lo que hay.
PENSAMIENTOS DE ESCRITOR
Escribir ha sido siempre mi facilidad, ha sido mi don. Desde chica me imaginaba historias que surgían ni bien se apagaban las luces de mi habitación. Me imaginaba que entraba en la buhardilla de mi cuarto y abría un cofre secreto en el cual encontraba objetos que me contaban historias que ni sabia de donde surgían porque en general eran de otro tiempo y a mi corta edad no podía tener tanta conciencia del pasado.
Luego utilice la escritura como mi herramienta de liberación, era mi diario, mi confidente al cual le contaba mis días sin filtro. Mi adolescencia estuvo llena de hojas escritas que aun no he podido volver a leer, tal vez por temor a rever.
Ahora escribo cuando tengo ganas, con un deseo que surge desde mi interior y hace que vuelque, historias, líneas, cuentos míos o de los que me rodean. Escritos que se cocinan en mi interior por un tiempo y de repente me avisan que es momento de presentarlos a la mesa. Aunque todavía me cuesta compartirlos con otros, tal vez por temor a ser juzgada, tal vez por temor a ser vista. Cuando en realidad de lo único que hablo es de la vida, desde una visión del amor y al hacerlo todos nos sentimos tocados y aceptamos lo que el otro comparte, lo que el otro dice sin separarlo sino abrazándolo porque puede sentir lo que ha vivido..
María de los Milagros Baylac
Etiquetas: Maria de los Milagros Baylac, reflexiones
jueves, febrero 11, 2010
Mural en el SINDICATO: tema EL PLACER = Frutillas y Zahahorias
Me puse a pintar en el maravilloso mundo del Sindicato, una casa con buena onda en San Telmo donde suceden cosas magicas y como no podia faltar, mis colores se hicieron presentes. El tema de la terraza era EL PLACER, no me costo mucho inspirarme. La vida sin placer que aburrida seria, no tendria ni gusto, ni color.
Etiquetas: el sindicato, Maria Baylac, murales
martes, febrero 02, 2010
Summer Fest en Monte Hermoso: Pinte en vivo el 23 y 24 de enero 2010
La originalidad fue la principal característica de la propuesta: en uno de los balnearios más completos, ubicados en el sector este de Monte, se montó una feria de indumentaria, accesorios y objetos de decoración con las propuestas de 30 diseñadores independientes; a pocos metros, artistas como María Baylac o Paula Di Canto expusieron sus obras; más allá, en la playa, chicos de todas las edades participaban de una tocata de rugby organizada por Juan Cruz Rigal, de Sociedad Sportiva; a corta distancia, modelos como Pamela David, Dolores Moreno o la montehermoseña Natalia Rodríguez se lucían sobre una larga pasarela. Para terminar la jornada a full, la firma Bar's in Bar montó un boliche en plena playa, con diferentes barras de tragos. La fiesta duró hasta las primeras horas de hoy.
Además, durante la tarde y antes del desfile, los presentes pudieron observar a la artista plástica bahiense María Baylac presentar su muestra "Colores: Mandalas de Monte Hermoso", en la que desarrolló su arte."Estoy pintando en vivo. ¿Qué significa eso? Que lo que ocurre en el ambiente me sensibiliza y lo pongo en colores. Es decir, yo siento y a partir de eso lo traspaso a un lienzo en blanco. Por ejemplo, antes que saliera el sol lo pinté en este cuadro, porque sentía que tenía que salir para esta Summer Fest, y así ocurrió", afirmó.La pintora sostuvo que la sensación que le provocó el evento fue de "encuentro, tranquilidad, de aguas que corren, de poder estabilizar cosas y de crear armonía"."Es decir, lo que se genera encontrarse, y siempre con buena onda. Con eso tienen que ver mis cuadros: con colores del alma. Lo que trato de hacer es una postal de la realidad desde mi óptica, desde los colores, y por eso la muestra se llama así", aseguró.La artista también consideró bueno poder mostrar su trabajo ante un público cercano a Bahía Blanca, además de demostrar el desarrollo de una obra en vivo, algo que no se ve todos los días."Me encanta poder mostrar como un lienzo en blanco, a partir de muchas capas de colores, se transforma en un cuadro que expresa algo y tiene una intención", concluyó.
Además, durante la tarde y antes del desfile, los presentes pudieron observar a la artista plástica bahiense María Baylac presentar su muestra "Colores: Mandalas de Monte Hermoso", en la que desarrolló su arte."Estoy pintando en vivo. ¿Qué significa eso? Que lo que ocurre en el ambiente me sensibiliza y lo pongo en colores. Es decir, yo siento y a partir de eso lo traspaso a un lienzo en blanco. Por ejemplo, antes que saliera el sol lo pinté en este cuadro, porque sentía que tenía que salir para esta Summer Fest, y así ocurrió", afirmó.La pintora sostuvo que la sensación que le provocó el evento fue de "encuentro, tranquilidad, de aguas que corren, de poder estabilizar cosas y de crear armonía"."Es decir, lo que se genera encontrarse, y siempre con buena onda. Con eso tienen que ver mis cuadros: con colores del alma. Lo que trato de hacer es una postal de la realidad desde mi óptica, desde los colores, y por eso la muestra se llama así", aseguró.La artista también consideró bueno poder mostrar su trabajo ante un público cercano a Bahía Blanca, además de demostrar el desarrollo de una obra en vivo, algo que no se ve todos los días."Me encanta poder mostrar como un lienzo en blanco, a partir de muchas capas de colores, se transforma en un cuadro que expresa algo y tiene una intención", concluyó.
Etiquetas: Maria Baylac, monte hermoso, summer fest