El flautista de AMELIN
Con chicos en la Cocha...
“…Putumayo, mayo 2005: Me levante a las siete de la mañana y Carmen ya me había organizado mi ida al colegio, como si fuera un mercader de Occidente me toco contar historias al colegio de la zona rural, en realidad fue hermoso. Imagínense que la Directora del colegio me llevo a otro de los colegios para que repitiera la experiencia y se repitió la magia de la primera vez. Todos me preguntaban porque había ido a Sibundoy, y tuve que contar la historia del encuentro en el aeropuerto con un colombiano cuando regresaba de Sudáfrica y de como me hablaba de encontrar mis raíces, de mirar el mundo desde otra perspectiva, que tiene que ver con la cercanía a la tierra. La profesora que se llamaba Esperanza, no podía tener nombre mas hermoso, contó lo orgullosos que se tenían que sentir de sus raíces. Había niñitos de 5 a 13 años en ese colegio y los juntaron a todos para escuchar a la Argentina pintora que les venia a contar historias y a dibujar mientras les relataba, así fue como empecé a hablar del mundo en el que vivimos , y de como pertenecíamos al continente americano y todo mientras dibujaba en el pizarrón y unos ojos bien abiertos me escuchaban, me hicieron hablar en ingles, me preguntaron sobre Argentina, y de pronto Daisy una de las niñitas con las que estos días he compartido juegos de escondidas, clases de pinturas y también cuentos al atardecer antes de que la lluvia comenzara me dice "Milagros", porque así les gusta llamarme aquí, cuente el cuentito de Lucecita la niña que no encontraba su corazón y que
salio de travesía al mundo recorriendo mares, montañas, bosques y al final descubrió que su corazón se encontraba en su casa, dentro de ella misma, que solamente tenia que escucharlo (es un cuento que escribí hace unos meses y que no se los mande todavía, pero que aquí descubrí el poder que tiene ,porque todas las remeras infantiles que les he mandado se han convertido en personajes de mi cuento así que el pizarrón se lleno de haditas voladoras, de mariposas que llevaban a niñas por los aires, de jirafas en África y cosas así...).La cosa es que después de estar allí la mitad de la mañana los niños tenían que pintar todo los que les había contado. Imagínense un pueblo como en el que me encuentro rodeado de montañas donde la gente nace y muere en el mismo lugar, la llegada de una argentina que había venido a su pueblo era todo un acontecimiento, me decían señora profesora y después la directora llamo a su marido para que nos llevara al otro colegio y la experiencia se repitió, ya que todo se iba desenvolviendo sin saber como los lleve de paseo por el mundo.
El jueves pasado les conté con mucha emoción de mi experiencia en los colegios, al otro día salí para Laguna La Cocha, un lugar que mis ojos no podían dejar de maravillarse a encontrar una holanda rustica en Colombia, increíble, canales, con puentes, barquitos tipo góndolas para darte paseos por la laguna, casas de colores. Dimos un paseo por la laguna donde había una isla con selva y una vista maravillosa, y luego de recorrer el pueblito
me puse a pintar ya que el lugar era mágico y para esto me rodee de niñitos que me ayudaban a transportar las pinturas porque comenzaba a lloviznar, y allí conocí a una niñita de 9 años Alba que fue mi modelo para mi segundo cuadro, así que imagínense en ese pueblito la conmoción de que esta niñita era la modelo de un cuadro así que termine pintándole un cuadro de jirafas para ella, y me puse a contar un cuento ya que me rodearon de niñitos otra vez, de alguna forma me sentía el flautista de Amelin de veras, yendo de un pueblito a otro contando un cuento y lo mas gracioso es que todos me prestan atención que para la edad infantil es mas que un halago, luego nos fuimos para Pasto para tomar un bus a Pereira, allí llegue a la otra mañana y fuimos a la casa Mancha, el presidente de “Nutrir Pereira”, una ONG que tiene comedores infantiles e interactúa en los barrios. Justo tenia un evento con niños todo el día en un barrio y obviamente que me sume al programa así que con mameluco rojo me puse a contar un cuento de nuevo y encabezar unos murales en telas con todos los niñitos de ese barrio donde hubo juegos, películas y mucha pero mucha pintura, yo dibujaba y los niños los pintaban, pase de leones, a hadas y de vaquitas a mariposas…”
Etiquetas: amelin, colombia, cuentos infantiles, niños
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