Sentir Mural
Tarde unos cuantos años en cumplir mi sueño en mi ciudad natal, Bahía Blanca, de poner colores en las paredes. Caminando al colegio primario me imaginaba cuan alegre sería mi ida y vuelta al colegio si las paredes grises que veía fueran de colores. Tenía unos ocho años y ya creía que los colores te daban felicidad. Pasaron 29 años de esta imagen y un montón de paredes pintadas, lugares, escuelas, plazas, hospitales donde logre poner una cuota de alegría y de color en ellas en mi país y en el mundo, imaginándome que así pudiera sacar alguna sonrisa, pero por más que me ofrecí varias veces en mi ciudad no acontecía. No ser profeta de tu tierra, me resonaba en mi interior.
Y finalmente el día llego. A veces de las formas menos pensada suceden las cosas, y no involucran más que ganas y hacerlas. Hace un mes atrás recibo por inbox un pedido de una madre de la Escuela n1, que me pedía un mural que ella ponía las pinturas y se hacía cargo de pedirlo a la directora, y sin dudarlo dije “Si”. Creo que nunca se imagino la satisfacción que me producía cumplir con su pedido y hasta no llegar a Bahía Blanca no sabía si sucedería. Lleve mis pinceles y las ganas.
El sábado 20 de junio, en un día patrio, se me abrieron las puertas de la escuela y una desconocida llamada Abigail me esperaba con una sonrisa y tres litros de pintura. La directora pidió si podes que este la huerta, porque impulsa a que los chicos se conecten con la tierra, y como negarme, cuando plantar está implícito en mi obra, plantar semillas que crecen y educarlos en aprender a cultivar sus propios alimentos enseña sobre la vida.
Mire el patio, sentí la escuela y un corazón que palpitaba apareció en mi mente. Sentir es la palabra, sentir es el camino, sentir es la verdad que nos olvidan de remarcar cuando niños, sentir te habilita a ver con el corazón y mirar lo que no se dice, sentir es ser sabio. Empece a las tres de la tarde, y hasta que se hizo de noche y casi a oscuras seguí pintando hasta terminar satisfecha con la obra y mientras tanto la historia de Abigail fue contada y un camino que hizo que el mio se juntara demostrando que al final de todo es animarse a pedir, salir de la burbuja de uno para crear un puente para hacerlo posible. Dos mujeres haciamos posible que una gran pared fuera pintada, dos personas podían lograr hacer un cambio para otros. A veces simplemente es un paso para que las cosas sucedan, a veces simplemente se necesita imaginar y accionar en la realidad para hacerlo posible.
Un mural involucra a muchas miradas que a partir de esos colores pueden detonar inspiración, pueden imaginar cosas y que sucedan.
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